“El saber hacer contribuye a la interiorización de los aprendizajes generando competencias adecuadas para su implementación en la actividad económica, necesaria para el crecimiento del país, por eso la formación tecnológica es parte fundamental en su desarrollo productivo, y trabajamos día a día para potencializarla”.
La educación técnica y tecnológica tiene como base el SABER-HACER. La práctica es el cimiento de los conocimientos de los nuevos profesionales, quienes se unen directamente al sector productivo fomentando así al crecimiento económico de la zona y fortaleciendo la economía familiar. La formación tecnológica es una alternativa a mediano plazo en la que se combina la docencia, la vinculación con la sociedad y la investigación para desarrollar competencias y valores éticos necesarios para el desarrollo del país.